El encuentro

Un encuentro casual… o causal?
Se había terminado la pandemia y decidí ir a vivir en casa de un amigo que rentaba habitaciones, en ese lugar vivían un argentino que daba clases de salsa, un venezolano que trabajaba en un hostal y el amigo propietario del apartamento, solo habían transcurrido algunos meses cuando de repente en Colombia se iniciaron una serie de eventos políticos que enfurecieron a la población civil, lo que desencadeno una gran manifestación popular tal vez la más importante de la historia reciente del país. Una mañana cuando me dirigí a preparar el desayuno mi amigo argentino estaba en una clase, su alumna era una chica extranjera, en un inicio me llamo la atención porque parecía tener movimientos y estilo en su ritmo de una latina además de que ponía todo su empeño y pasión en aprender y mejorar sus habilidades, era gentil y sabía sonreír, pero también se encargaba de dejar en claro que tenía un carácter fuerte.
Los días fueron transcurriendo entre el caos social y la represión del estado lo que motivo cierres de avenidas que comunicaban la ciudad con el resto del país y con ello problemas para poder suministrar alimentos a la ciudad, en pocos días la situación se complicó a tal punto que la inflación llego a incrementar en un 500% los precios en alimentos básicos, una situación muy oscura si tenemos en cuenta que tan solo había trascurrido un periodo de 4 meses de la normalización post pandemia. Tuve la iniciativa de recolectar algunos recursos económicos para con ello comprar alimentos y llevarlos a las personas necesitadas, en un inicio fue complicado lograr recolectar alimentos y dinero ya que toda la ciudad era un completo caos, las autoridades del gobierno como la Policía y la alcaldía no querían prestar ninguna ayuda a la sociedad. Una tarde en medio de una conversación con mi roommie me propuso preguntarle a Nina, la chica que toma clases de salsa, para recaudar a través de paypal el dinero que le daría vida al proyecto. A la mañana siguiente Nina asistió a su clase, al finalizar me acerqué a ella para contarle del proyecto a lo cual de inmediato dijo sí. Nunca me imaginé todo lo que terminó haciendo Nina por el proyecto porque no solo prestó su cuenta, también envió el mensaje a sus contactos, amigos y familia, cambiamos el dinero juntos, fuimos a la central de alimentos más grande de la ciudad el cual suele ser un completo desorden, ayudo a cargar las bolsas con papa, plátano, arroz, en fin, tomó la voz para hablar con las autoridades en almacenes donde existían restricciones en la cantidad de alimento que se podía comprar dada la escasez, realizó vídeos contándole a la gente como iba el proceso y cuales alimentos pudimos conseguir con sus donaciones y para finalizar fuimos hasta los lugares de las personas que recibieron las bolsas de alimentos, lugares en donde se corrían riesgos ya que estaban cercados por los manifestantes, vigilados por la policía y en donde se presentaron en más de una oportunidad enfrentamientos con armas de fuego. Fue simplemente mágico como en una semana logramos entregar más de 300 mercados con todo lo necesario para alimentar a una familia de 4 personas por una semana, en medio de todo el proceso hubo momentos tan particulares como que Nina tenía su viaje de regreso a Europa y cerraron el aeropuerto lo cual le permitió estar hasta el final del proceso. Para mí fue simplemente un momento de magia, un contacto especial, un acontecimiento que debía ocurrir.